Iba caminando por un puente rústico...bueno...rústico creo que se quedaría corto... un puente colgante, hecho de buena madera, aunque esta ya estaba carcomida por un buen de años en uso
Durante el pequeño trayecto, me encontré sentado a un viejo pescador, llevaba puesto un sombrero de mimbre, pantalones que aunque siendo cortos, le quedaban como si nada en ellos, su camisa, de manga larga y parecía de algodón grueso, sus botas eran negras como el carbón pero tenía dos líneas de color rojo brillante
Me volteo a ver, me pidió la hora, se la di, eran cerca de las 11am, me pregunto que hacia yo, un joven de ciudad en un lugar tan lejano de tanta tecnología.
-"Vine a pasear, a despabilarme de tanta tecnología"
-"Pero ustedes viven de la tecnología, respiran tecnología, no la pueden comer, pero si lo pudieran hacer, no estarías en este entorno"
-"Comer no se puede, pero gracias a ello aún tenemos comida"
-"Niego eso, pero es tu forma de pensar, tu forma de vivir y es la manera en la que estas educado"
Dicho esto me despido con la mano, me despedí de él y seguí mi camino, al llegar al otro lado del puente, me volteo para ver si el señor aún estaba ahí y efectivamente lo estaba, solo que parecía más joven
Esa noche, soñé con la tecnología, madre de todas las ciencias actuales, madre de todo lo que el ser humano ha podido crear y "hacer", pero esta tecnología, consumía todo a su paso, era como si fuera un ser que elimina, devora, come y destruye todo a su paso, me asuste, pero no podía despertar, el mismo morbo de saber como terminaba el sueño me dejo en el
Al final, una imagen fue la respuesta: dos bebes gordos, de quizá año y medio, realmente gordos, comían algo, pero sus regordetes cuerpos no me dejaban ver que era ese algo, y cuando terminaron, buscaron a su alrededor, como si aún hubiera algo, uno de ellos encontró algo que se metió a la boca, el otro tras un rato más de buscar también trago algo, pero...al final...nada...no había nada más que comer, salvo un pequeño y minúsculo árbol, los bebes se vieron directamente a los ojos
Para mi sorpresa se repartieron el árbol, al final, no hubo nada más que comer, se vieron por largo rato y comenzaron a llorar, los dos con un estruendo digno de unos pulmones de opera, pero cuando uno de ellos, el más moreno de ellos, se detuvo, vio con ojos malévolos al otro y para mi horror, lo mato con sus pequeñas, regordetas y musculosas manos, solo veía como el otro se retorcía por la falta de respiración y cuando entendió para que lo iba a matar, hizo su intento también, pero era muy tarde
Con un suspiro triunfal, el niño moreno dejo el cuerpo inerte del otro y lentamente, como deleitándose tanto de la muerte como del banquete que se dará con la carne del otro
Me volteo para no ver, solo escucho como crujen los pequeños huesos del niño muerto en las muelas del otro, después de un tiempo que parecía interminable, no escucho nada, como si no existieran, pero al abrir los ojos, mi espanto creció exponencialmente, los ojos caoba del niño me miraban con delicia, su boca llena de sangre y otras cosas que prefiero omitir, me miraba como si fuera la única solución para su apetito feroz, una de sus manos regordeta fue hacia mi persona, una pesadilla que se reflejaba en cámara lenta, intente salir de ahí, pero a dond? si no había mas que un vacío cruel y despiadado
Me desperté con un grito de terror, mi hermana me hubiera dicho que era digno de una niña quinceañera, pero la cara del niño era realmente...
Ya no me volví a dormir, desde las 2am que me levante por la pesadilla hasta las 10am, asi como estaba me fui al puente, ya que para mi mente, era lo único que podía tranquilizarme
Durante el viaje de ida, pensaba en el señor, las palabras que me había dicho y sobre todo, la manera en que lo dijo, seguro de si mismo, como si fuera la realidad de una verdad que esta vedada para los que vivimos en la ciudad
Una vez, en el metro, me toco un señor ya viejo, como de 60 años, tocaba una guitarra de madera y cantaba, pero una de sus frases me toco en ese momento
-"Un plato de frijol, sabe mejor con un tarro de atole, la vida es para disfrutarla, pero tanta tecnología nos apendeja, nos hace ver que la vida no es mas que pura monotonía..."
Y asi seguía la canción, un acorde de guitarra muy lento, pero muy rítmico, y el señor, bien tranquilo, a gusto con su música
Al llegar al puente, no vi al señor, no le di mucha importancia, pues aun faltaba tiempo para verlo y había aún tiempo para todo, regresaría al día siguiente a la ciudad, esa poderosa casa andante con sus grandes edificios, sus grandes consorcios comerciales, sus grandes y poderosos rascacielos que tienen toda la maravilla de la tecnología
No solo recolectores de agua pluvial que abastecen los 34 pisos (como mínimo por normas de construcción), sino que también sistemas que captan durante la noche el rocío, dando así el abastecimiento completo a las plantas y pequeños "parques" que cada uno de los edificios debe de tener cada 7 u 8 pisos
Así como los ventiladores que funcionan no importando si hay o no hay viento, ya que con los vientos que tenemos en la ciudad, mueven los edificios, haciendo que internamente exista corrientes de aire, haciendo una ventilación exitosa, por lo terremotos ni nos preocupamos, cada edificio cuenta con pilares que mas parecieran "piernas", ya que al detectar los movimientos, se flexionan, como si fueran las rodillas y se mueven al son del sismo, y así puedo seguir enumerando las grandes invenciones que se han hecho, pero...pero...hay algo que todavía no concuerda...
Cavilando en estos pensamientos, me doy cuenta, que el cielo es mas claro, el calor que se siente es más pesado, veo mi reloj y veo 13:53, ya paso algo de tiempo, volteo y veo al señor, con las mismas ropas, el mismo sombrero, pero por alguna extraña razón, parece más joven
Me levanto, voy a su lado y sus palabras me detuvieron en seco
-"Falta mucho para que comprendas lo que tienes en mente, la vida no es tan fácil, se la han hecho fácil ustedes, pero así como fácil, es complicada, tanto que ni saben que hacer más allá. La sociedad los encasilla en todos momentos, y lo peor, lo aceptan y hasta le agradecen por todo ello. Si te quedas a vivir una semana en estos páramos, te darás cuenta que la vida es más que eso, intenta ver en tu corazón, no sólo lo que deseas que este dentro por la sociedad, sino lo que tu propia humanidad quiere de ti..."
Respiro hondo, profundo, como disfrutando del aire que estaba tranquilo, como oliendo completamente el pequeño río que esta por debajo de nosotros, como si en ese respiro se le fuera la vida, pero a la vez, como si le regresara a la vida
-"...el arte de pescar tiene sus ventajas y sus desventajas, pero siempre tienes que recordar algo, durante la pesca, la paz interior debe de ser de la misma fuerza, que la paz ambiental, si no la tienes sincronizada, por más que quieras pescar, no podrás. Ya se lo que me dirás, que los que pescan en el mar con sus grandes yates y sus grandes barcos pescadores, pero no, la mera esencia del pescar reside en eso. Sólo eres tú y el ambiente"
Después de haber dicho esto, se quedo mirando el río, y ya no me hizo caso, como si yo hubiera dejado de existir....
(1 semana después)
He estado pensando en muchas cosas, viendo cada día con otros ojos, o más bien, con ojos más abiertos y he descubierto que la sociedad, la sociedad que yo pensaba era exacta, hermosa y protectora, sólo lo es para muy pocos, pues si todos nosotros nos volteamos a ver que hay más allá, la sociedad misma nos critica y nos hace de menos, pero...creo que seguiré un rato más por estos rumbos, haciendo conciencia de poco en poco, pero sobre todo, pescando a personas, como el señor lo hizo conmigo
Durante el viaje de ida, pensaba en el señor, las palabras que me había dicho y sobre todo, la manera en que lo dijo, seguro de si mismo, como si fuera la realidad de una verdad que esta vedada para los que vivimos en la ciudad
Una vez, en el metro, me toco un señor ya viejo, como de 60 años, tocaba una guitarra de madera y cantaba, pero una de sus frases me toco en ese momento
-"Un plato de frijol, sabe mejor con un tarro de atole, la vida es para disfrutarla, pero tanta tecnología nos apendeja, nos hace ver que la vida no es mas que pura monotonía..."
Y asi seguía la canción, un acorde de guitarra muy lento, pero muy rítmico, y el señor, bien tranquilo, a gusto con su música
Al llegar al puente, no vi al señor, no le di mucha importancia, pues aun faltaba tiempo para verlo y había aún tiempo para todo, regresaría al día siguiente a la ciudad, esa poderosa casa andante con sus grandes edificios, sus grandes consorcios comerciales, sus grandes y poderosos rascacielos que tienen toda la maravilla de la tecnología
No solo recolectores de agua pluvial que abastecen los 34 pisos (como mínimo por normas de construcción), sino que también sistemas que captan durante la noche el rocío, dando así el abastecimiento completo a las plantas y pequeños "parques" que cada uno de los edificios debe de tener cada 7 u 8 pisos
Así como los ventiladores que funcionan no importando si hay o no hay viento, ya que con los vientos que tenemos en la ciudad, mueven los edificios, haciendo que internamente exista corrientes de aire, haciendo una ventilación exitosa, por lo terremotos ni nos preocupamos, cada edificio cuenta con pilares que mas parecieran "piernas", ya que al detectar los movimientos, se flexionan, como si fueran las rodillas y se mueven al son del sismo, y así puedo seguir enumerando las grandes invenciones que se han hecho, pero...pero...hay algo que todavía no concuerda...
Cavilando en estos pensamientos, me doy cuenta, que el cielo es mas claro, el calor que se siente es más pesado, veo mi reloj y veo 13:53, ya paso algo de tiempo, volteo y veo al señor, con las mismas ropas, el mismo sombrero, pero por alguna extraña razón, parece más joven
Me levanto, voy a su lado y sus palabras me detuvieron en seco
-"Falta mucho para que comprendas lo que tienes en mente, la vida no es tan fácil, se la han hecho fácil ustedes, pero así como fácil, es complicada, tanto que ni saben que hacer más allá. La sociedad los encasilla en todos momentos, y lo peor, lo aceptan y hasta le agradecen por todo ello. Si te quedas a vivir una semana en estos páramos, te darás cuenta que la vida es más que eso, intenta ver en tu corazón, no sólo lo que deseas que este dentro por la sociedad, sino lo que tu propia humanidad quiere de ti..."
Respiro hondo, profundo, como disfrutando del aire que estaba tranquilo, como oliendo completamente el pequeño río que esta por debajo de nosotros, como si en ese respiro se le fuera la vida, pero a la vez, como si le regresara a la vida
-"...el arte de pescar tiene sus ventajas y sus desventajas, pero siempre tienes que recordar algo, durante la pesca, la paz interior debe de ser de la misma fuerza, que la paz ambiental, si no la tienes sincronizada, por más que quieras pescar, no podrás. Ya se lo que me dirás, que los que pescan en el mar con sus grandes yates y sus grandes barcos pescadores, pero no, la mera esencia del pescar reside en eso. Sólo eres tú y el ambiente"
Después de haber dicho esto, se quedo mirando el río, y ya no me hizo caso, como si yo hubiera dejado de existir....
(1 semana después)
He estado pensando en muchas cosas, viendo cada día con otros ojos, o más bien, con ojos más abiertos y he descubierto que la sociedad, la sociedad que yo pensaba era exacta, hermosa y protectora, sólo lo es para muy pocos, pues si todos nosotros nos volteamos a ver que hay más allá, la sociedad misma nos critica y nos hace de menos, pero...creo que seguiré un rato más por estos rumbos, haciendo conciencia de poco en poco, pero sobre todo, pescando a personas, como el señor lo hizo conmigo